Rodrigo Borgia: Roma no será violada ni desflorada
Los Borgia, 2x03

viernes, 27 de enero de 2012

El precio de la ambición


Estamos de enhorabuena porque la Sexta ha tenido los 'bemoles' de estrenar en abierto, este lunes (Canal + ya lo hizo hace casi un año), la mejor serie que se ha hecho en este país, Crematorio.

Hay que tener muy claro que esta serie no es una ficción cualquiera. Está a un nivel superior que cualquiera en todos los sentidos. Y les cuento porqué:

1. Sólo cuenta con 8 episodios de 50 minutos (¡inaudito en la ficción española!), lo que permite que la historia fluya sin tramas molestas y de relleno (aunque el personaje de Miriam, la nieta de Bartomeu, flojea bastante. Y no por la actriz que la interpreta, sino porque creo que no está del todo bien hilvanada la historia y las motivaciones de su personaje).

2. Hay dinero invertido y luce, ¡cómo luce! (se comenta que ha costado unos 12 millones de euros). Se nota que la serie ha sido mimada desde su preproducción sin dejar ningún cabo sin atar (por poner un ejemplo, cuando vemos el flashback de Bartomeu en México, ¡parece ese país, aunque se haya grabado en España!, simplemente porque han sabido elegir unos figurantes adecuados). Atentos también a los títulos de crédito de la serie, mimados y trabajados, con una interesante canción de Loquillo. Dinero, tiempo y ganas de hacer las cosas bien.

3. No solo tiene un reparto de 'campanillas', sino que su productor, Fernando Bovaira, sabe hacer muy bien las cosas; por no hablar de su guionista y director, Jorge Sánchez-Cabezudo (su única película hasta el momento es la magnífica, e injustamente poco conocida, La noche de los girasoles) que, en colaboración co  su hermano Alberto, adapta la conocida novela de Rafael Chirbes, Premio Nacional de la Crítica 2008, que también participa en el guión de la serie.

Crematorio narra la caída en desgracia de Rubén Bartomeu (sobresaliente, más bien magistral, Pepe Sancho), un empresario inmobiliario sin escrúpulos. Tiene poder y puede quitar y poner concejales y alcaldes a su antojo con tal de lograr sus propósitos (ver la escena en la que llega al funeral de su hermano en el primer episodio, donde es recibido casi como un dios por sus 'amigos' y colaboradores, recordando, inevitablemente, a El Padrino). Pero la serie no muestra solo los tejemanejes de este empresario inmoral, también dibuja su humanidad (que la tiene) gracias a las cuatro mujeres de su vida: su hija (maravillosa, como siempre, Alicia Borrachero), su consentida nieta (Aura Garrido), su madre (Monserrat Carulla), y su novia florero (una sorprendente Juana Acosta, que lima totalmente su acento colombiano). Por no hablar de sus colaboradores, donde encontramos a grandes secundarios como Manuel Morón, Pau Durá o Vicente Romero. Casi nada.

Ambientada en la ficticia localidad de Misent (pero podría ser cualquier pueblo de la costa valenciana, murciana, o mallorquina), Crematorio logra con nota mostrarnos un trozo de nuestra historia moderna: la de la España de la especulación, la burbuja inmobiliaria y la corrupción política sin tapujos que, aún hoy, se sigue mofando de todos. Crematorio es la SERIE, con mayúsculas. No se la pierdan porque una furgoneta que se salta un stop nunca ha dado tanto juego.

viernes, 13 de enero de 2012

Incombustibles Alcántara


No está de moda en la 'blogosfera' pero Cuéntame sigue mostrando, una temporada más que, en cuanto a ficción española se refiere, ocupa un lugar privilegiado. Más de cuatro millones de espectadores siguen 10 años después, que se dice pronto, a la familia Alcántara cada jueves en La 1. Un hito conseguido gracias al esfuerzo de un entonadísimo grupo de actores y la labor de unos guionistas que, a pesar de llevar escritos más de 220 episodios, miman las historias y tramas de la serie.
No voy a negar que Cuéntame vive ya de las rentas. A los Alcántara les ha pasado casi de todo (adicción al juego, cuernos fallidos, éxito, drogas, bancarrota…) y que los guionistas llevan el piloto automático. Pero ya les gustaría a muchas series españolas tener guiones tan bien escritos como los que nos ofrece cada semana esta serie.
En el último año hemos vivido la caída en picado de Antonio en el mundo de la política; la drogadicción de Inés (ese personaje maldito y quemado con el que ya hay poco que hacer a pesar de los esfuerzos interpretativos de Pilar Punzano); y la bancarrota del matrimonio Alcántara, lo que ha llevado la disgregación de esta familia, antes tan unida. Y ahora, como en un cambio de ciclo, los guionistas nos ofrecen una trama muy madura (el cáncer de Mercedes) que vuelve a unir a todos los miembros de esta familia (tan nuestra ya). Además, nos regala secuencias tan perfectas (en realización, montaje e interpretación) como el final del capítulo 226, cuando Ana Duato se descubre el bulto en el pecho. Y sabe (sabemos) que todo va a cambiar, como la canción que suena en esa escena, ‘Todo cambia’ de Mercedes Sosa.