Mientras, el final de La fuga sí es una noticia más triste. Sus pobres datos de audiencia (un 10% de share esta semana) van a significar un paso atrás en el tímido intento de cadenas y productoras de cambiar el rumbo de la ficción española; lo que nos volverá a llevar tristemente a la senda cansina de las comedias castizas y familiares y las historias de amor de época con toques de aventura. Aunque la serie tiene sus fallos (la eterna duración de los capítulos mata el ritmo de la serie), los actores están estupendos (comparemos la química entre la pareja protagonista, María Valverde y Aitor Luna, y la de Gran hotel, compuesta por Yon González y Amaia Salamanca... no hay color) y la labor de producción es meritoria. Y eso que la serie ha pasado por un calvario durante su grabación: cambios de guión, simplificación del trasfondo político de la historia (por lo que la historia de la Resistencia ha quedado un tanto en el aire), recortes en el equipo de producción... y a pesar de eso la serie es superior a la media.
Para sus creadores habrá sido un duro golpe porque el mismo día que anunciaban su cancelación (que tendrá un final cerrado, según dijo María Valverde en una entrevista, ya que habían grabado dos finales por si acaso) se conocía la noticia de que la serie ha sido incluida en la Wi List, una relación de los formatos de televisión más interesantes que se publica el MIPTV de Cannes, uno de los mercados internacionales más importantes del sector televisivo. Oportunidad desaprovechada. Una pena
No hay comentarios:
Publicar un comentario